Domingo 5 de marzo de 2006
Tangos de autor: voces y guitarras

Los creadores de estos tiempos

Los nuevos creadores terminaron siendo la hermanita pobre del resurgir del tango, porque el público muchas veces no estaba dispuesto a renunciar a los clásicos o porque los autores no resultaban a la altura de lo que suele exigir el canon tanguero. Fácilmente se recurre a la comparación con los poetas del 50, insuperables, porque representaron y vivenciaron una época de oro del género, muy diferente en muchos sentidos a los tiempos que corren.

Pero por suerte apareció una generación atrevida con menos pruritos que está ensayando otro lenguaje, diferente, distinto o con parentescos, pero sólo reproducible en esta época. El error está en esperar que hoy aparezca un Discépolo o un Manzi, cuando ya aparecieron en términos de canción urbana poetas como Luis Alberto Spinetta o Palo Pandolfo.

Los letristas de 2000 parecen tenerlo claro y por eso derivan en un estilo que mezcla códigos saineteros del primer tango, la canción urbana o el lenguaje malevo y lunfardo que hoy puede curtir hasta un pibe rollinga. Una muestra de eso se vio antenoche en el Centro Cultural Julián Centeya, (poeta de la orilla del tango, autor de la famosa y marginal "La crencha engrasada") donde La Quimera del Tango, Lina Avellaneda y el Tape Rubín con las guitarras de Puente Alsina mostraron sus nuevos tangos.

En la platea jubilados, chicos despeinados con una leve onda dark, parejas de cuarenta y pico, madres solteras con varios pibes, grupos de "chabones" cancheros en busca de levante y niñas modernas marca Palermo Soho, varios europeos y tipos aficionados, esos que arengan a los músicos, y curtidores de milonga. En el medio del escenario hubo casi siempre tres guitarras criollas y un cantor: así transcurrió la jornada. El atractivo estuvo dado, en todo caso, por el brillo sigiloso de un tango inédito, que sigue creciendo a la orilla de todo, incluso del fenómeno sociológico del baile.

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El broche de oro lo ofreció el Tape Rubín con las guitarras de Puente Alsina. El cantor, un veterano dentro de la nueva generación de autores, es uno de los más sólidos letristas del nuevo tango. Dio cátedra de cómo se puede escribir sin clisés, con actitud nueva y con hondura, versos actuales en "Reina noche", "Regin", "Lysou", "Los bluses de Boedo" y "Viento solo". Temas que podría cantar un "Pelado" Cordera de Bersuit, un Guillermo Fernández o que podría haber estado en el repertorio de Floreal Ruiz con la orquesta de Troilo. Canciones de esta generación, con sabor a revancha tanguera.

Gabriel Plaza